Por Leticia Rodríguez y redacción
El empleo de los jóvenes tenía una tendencia a la baja antes de la crisis y está empeorando, advierte David Kaplan, especialista senior de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De los diferentes niveles de edades, el más afectado ha sido el que abarca hasta los 29 años.
De acuerdo con el reporte “El futuro del empleo en México”, del BID, “estamos muy cerca de la peor reducción anual porcentual del empleo con IMSS desde 1995 y los jóvenes y trabajadores de bajos ingresos son los que están sufriendo más”.
Y si bien es cierto que una de las herramientas para apoyar a la población joven puede ser el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, deberá ser conveniente contar con datos sobre las colocaciones, especialmente en empleos formales de los egresados, tener una evaluación de impacto y considerar ajustes; por ejemplo, incentivos para la contratación formal después del periodo de capacitación, sugiere el especialista.
No sólo el Covid-19 viene a afectar la viabilidad de los jóvenes en el mundo laboral. Antes de este año, los jóvenes ya enfrentaban problemas, y éstos no se solucionan con becas.
Apenas 40% de los aspirantes a una licenciatura vía la UNAM, tienen posibilidades de cursarla, siendo el cálculo que sólo 15% de éstos concluyen y se incorporan a la vida laboral.
Estamos muy cerca de la peor reducción anual porcentual del empleo con IMSS desde 1995 y los jóvenes y trabajadores de bajos ingresos son los que están sufriendo más
Lo anterior deja entrever la problemática de falta de talento, el exceso de ninis que sigue habiendo y la necesidad de estrategias que permitan la renovación y reubicación de profesiones, así como alianzas entre universidades y el sector empresarial.
La burbuja que se conforma con la actual generación podría ser peligrosa en cuanto a costo-país si ésta explota sin control.
De acuerdo con la industria de la vivienda, los jóvenes cada vez adquieren menos inmuebles como visión de largo plazo y el ahorro se visualiza como una necesidad para después de los 40 años.
En el mejor de los casos, comienzan a mudarse vía esquemas de rentas, o cobijándose de la cultura mexicana, optan por vivir con los padres incluso después de los 40. Y de frente al desempleo, esto será una problemática a atender por parte del gobierno, serán urgentes estrategias que permitan abrir nuevas plazas laborales.
Así, frente a la complicada situación que ya enfrentaban los jóvenes mexicanos para incursionar en el mercado laboral, se sumó un factor adverso: el de la pandemia del coronavirus, con el riesgo de que se pierdan para ellos más de medio millón de empleos para 2020, junto con una afectación en su ingreso, sin que se vislumbre una salida en el corto plazo.
Se observa un entorno adverso por varios motivos, y uno de ellos es que no se ha podido crear el millón de empleos, cifra a que se había comprometido el gobierno a generar en el país al año.
Para José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), más que generarse empleos se han destruido. Entre marzo y mayo de este año se perdieron más de un millón de empleos en el país.
Las medidas de contención aplicadas para proteger la salud, como la del cierre de las actividades económicas, causó desocupación y que no se abrieran nuevas oportunidades de trabajo, explica.
La pérdida de empleo afecta particularmente a las personas más jóvenes, que tienen menos experiencia y sobre todo los que trabajan en la informalidad, que es donde se ve más el problema, señala el director del IDIC.
Estima que este año se perderán cerca de 600 mil empleos para jóvenes y lo más preocupante es que no se están creando los empleos para atender las demandas de este segmento.
Además, se observa una precarización del salario, ya que están desapareciendo los empleos que pagan más de tres salarios mínimos y se llegan a conservar sobre todo aquéllos en los que se paga entre uno y dos salarios mínimos, comenta De la Cruz.
En el primer trimestre del año se reportaron 657 mil 573 jóvenes de entre 15 y 24 años desempleados, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.
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