Por Leticia Rodríguez
El deterioro del Estado de Derecho, la falta de certeza jurídica en el país y algunas decisiones derivadas de políticas públicas, han incidido en una salida de capitales y una pérdida de confianza para invertir en México, situación que también se ve agudizada con el rápido desarrollo de la pandemia por el Covid-19.
La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico), en una reunión virtual, planteó que se han registrado salidas de capitales sin precedente y los inversionistas extranjeros han reducido su tenencia de valores gubernamentales en más de 250 mil millones de pesos, debido al entorno financiero global y a “factores idiosincráticos”.
Según estimaciones de Bursamétrica, de los recursos en dólares en el mercado de valores gubernamentales, al 31 de mayo han salido 13 mil millones de dólares.
La fuga de inversión extranjera equivale a 206 mil 743 millones de pesos, de enero a abril de 2020
Cuando las cosas están complicadas surge un fly to quality (vuelo hacia la calidad) y parte de esa inversión extranjera financiera se refugia en bonos del Tesoro de Estados Unidos, alemanes, japoneses o del gobierno suizo, explica el director de Bursamétrica, Ernesto O’Farrill.
“Los recursos salen de mercados emergentes en épocas de volatilidad, porque empiezan a ver un escenario que, en el caso de México, sería el de perder el grado de inversión, lo cual –consideró– podría ocurrir este año, debido a que hay una crisis de confianza muy grave por todas las políticas públicas erráticas del gobierno y porque no ha dado una respuesta adecuada a la crisis económica que se vive”.
Para recuperar la confianza de los inversionistas se requiere contar con políticas públicas amigables a la inversión y que se respete el Estado de Derecho.
De lo contrario, los resultados se extenderán, dado que la inversión extranjera también le dice adiós a México. De acuerdo con datos de Banco de México (Banxico), durante los primeros cuatro meses del año salieron del país 206 mil 743 millones de pesos de inversión extranjera en bonos del gobierno mexicano, equivalente a 8 mil 643 millones de dólares (23.92 dólar-peso).
La mayor parte de la fuga de capital se dio en los Bonos M, con una caída de la posesión de este papel equivalente a 12 mil millones de pesos, en tanto la salida de inversión en Cetes fue de 79 mil 335 millones de pesos.
Y aunque para los analistas consultados dichas fugas de inversión en bonos como Cetes es tendencia internacional, de salir de países emergentes, la realidad es que en México la falta de certeza jurídica agudiza esa tendencia, así como la degradación en la calificación crediticia del país, por parte de la calificadora Fitch y Moody’s.
Resultados adversos
La situación para el desarrollo de las inversiones se torna más compleja, porque México retrocedió tres espacios en el índice mundial de competitividad del instituto suizo IMD y se colocó en el lugar 53 entre 63 países, debido al débil desempeño de la economía mexicana, la poca eficiencia gubernamental y la infraestructura.
Además, México quedó fuera del ranking de los 25 países más atractivos y de mayor confianza para la inversión extranjera directa, elaborado por la consultora AT Kearny, debido, entre otras cosas, a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), cambios en las reglas en el sector energético y frenar a inversiones ya aprobadas como la planta de una empresa cervecera en Mexicali, Baja California.
“Parece haber un regreso a los factores fundamentales, a mercados grandes y más estables con estructuras políticas y regulatorias más predecibles, y ello refuerza el interés por economías más desarrolladas”, planteó Ricardo Haneine, director y socio de Kearney México.
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