Por Víctor Salgado Carmona
@EnPymes
La semana pasada conversé a través de zoom con uno de mis clientes más antiguos, Andrés.
Él me decía: –Lo bueno es que ya se aprobó la vacuna de Pfizer y ya la están aplicando en el Reino Unido y en estos días la van a autorizar en Estados Unidos, yo creo que esto cambia muchísimo el panorama para 2021, ¿no crees?
Estuve a punto de decirle: “¡Por supuesto!” Pero me contuve y sólo atiné a contestarle: “Depende”.
–¿Pero cómo puedes decir eso?, tú y yo lo hemos platicado muchas veces, esta crisis finalizará cuando tengamos la vacuna, ¡ya la tenemos! –argumentaba mi cliente.
–Sí, pero no, Andrés. La crisis terminará cuando haya certidumbre y la gente vuelva a consumir, esto sin duda ocurrirá cuando la mayoría estemos vacunados. Creo que antes puede empeorar.
–¿Cómo que empeorar? –me cuestionaba–. Es imposible que podamos estar peor –afirmó.
Y buscando la mejor manera de explicarle, le dije: –Yo creo que nos puede pasar como al Cruz Azul.
Se quedó callado un momento y me dijo: –¿Entonces tú crees que nos vamos a confiar y tendremos más casos y más muertes y por lo tanto más posibilidades de que se presente una segunda cuarentena antes de que la mayoría estemos vacunados?
–Exacto –le contesté–. No sería la primera vez que durante esta pandemia un país o el mundo entero se confía, baja la guardia y el virus cobra fuerza.
República Checa es un caso fantástico, fue de los primeros en utilizar cubrebocas en Europa de manera obligatoria (19 de marzo) y durante la oleada de primavera 2020, en donde la mayoría de los países europeos tuvieron miles de muertos, ellos fueron la excepción y a finales de mayo sólo tenían 320 muertos por Covid.
A finales de verano, los checos dejaron de preocuparse, ellos entendían que lo peor ya había pasado y que podían regresar a sus vidas normales, por supuesto que dejaron de ser estrictos en el uso del cubrebocas y otras medidas, y de tener 655 muertos a finales de septiembre, llegaron a 8 mil 273 a finales de noviembre. El rebrote en República Checa fue exponencial y mortal y trajo como consecuencia una nueva cuarentena a partir del 22 de octubre, allí el estado de emergencia continuaría hasta el 12 de diciembre de 2020.
Algo parecido ocurrió en Italia, Francia, España e Inglaterra. Quiero ser muy claro. La vacuna es una increíble noticia, es la luz al final del túnel. Pero si entramos en una nueva cuarentena, podríamos estar despidiéndonos de otro millón de empresas.
Sin duda, hay retos para las pymes en este inicio de año: la cuesta de enero, la falta de flujo, falta de consumo, etcétera. Ninguno de estos retos se compara con la amenaza de una nueva cuarentena. Y esto no es tan improbable si consideramos lo que pasó en otros lugares del mundo cuando se relajaron.
Los componentes claves a tomar en cuenta para saber cómo nos irá en 2021 son:
- Qué tanto bajamos la guardia en México (qué tanto aumentan los contagios de manera exponencial antes de que el 50% de la población esté vacunada).
- Qué tanto bajan la guardia en Estados Unidos.
- Qué tantas noticias (falsas y/o reales) se generan sobre efectos secundarios de la vacuna.
La única manera de que iniciemos el camino de regreso a la normalidad es si logramos tener certidumbre, si logramos predecir, aunque sea un poco, el futuro, nada del tipo Nostradamus, me refiero a la confianza que teníamos sobre lo que iba a ocurrir en las siguientes semanas cuando vivíamos en el año 2019. ¿Lo recuerdas? Cuando podías presupuestar una máquina nueva, cuando sabías que de cada 10 personas que entraban a tu tienda, una te compraba, o cuando sabías que los viernes vendías por lo menos 50 mil pesos. Esa certidumbre.
Mientras haya temor por el virus, no existirán los niveles de consumo que teníamos y no habrá certidumbre. Y si nos relajamos tendremos una cuarentena y una sentencia de muerte para miles y miles de empresas, y lo que se veía como un mal año podría convertirse en una mala década.
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