La utilidad en muchos países ya se eliminó, se hablaba de que es mejor dar bonos de rendimiento, de productividad, en lugar de un reparto de utilidades generalizado
Por Marielena Vega
Si las utilidades de una empresa deben ser repartidas entre los trabajadores, entonces de la misma manera deberían hacerse partícipes de las necesidades de la compañía.
Ésta es una de las premisas que desde hace varios años se ha manifestado de frente al reparto de utilidades (PTU) que todavía se aplica en la ley laboral mexicana, y que es una de las pocas que todavía hacen válido dicho derecho.
Es un tema que, a decir de expertos como Rafael Avante, tiene que seguirse discutiendo, “esencialmente porque se debe definir hasta dónde la participación de las utilidades es una fórmula que te permite reconocer y recompensar la productividad del trabajador y su desempeño aportando.
Porque tal vez la empresa está reinvirtiendo todo y el trabajador no ha hecho un extraordinario esfuerzo.
O bien, qué tan real es la productividad del trabajador, contribuyó o no en el crecimiento de una empresa, y no fue algo colateral, como la propia demanda o riesgo que tomó la mesa directiva de la empresa.
Precisamente por eso, la utilidad en muchos países ya se eliminó, se hablaba de que es mejor dar bonos de rendimiento, de productividad, en lugar de un reparto de utilidades generalizado.
“Yo creo que hasta allá tenemos que evolucionar, hay que encontrar formas más equitativas, proporcionales y pertinentes, que vinculen el valor agregado de los trabajadores a un resultado de ingresos que no tenga que ver con exclusivamente el manejo financiero de utilidades o no utilidades de una compañía.
“Por eso creo que la fórmula tendría que cambiar, encontrar incentivos más controlados, sobre todo más proporcionales a cada esfuerzo del trabajador”.
Actualidad, PTU vs Covid-19
Es una gran oportunidad en el país para que en estos momentos en que cambian las cosas, se haga una serie de reflexiones sobre esta importante prestación, dice.
Si bien es cierto que es un dinero que la empresa ya generó en 2019, la realidad es que ante la caída económica de ese año y frente a la situación de 2020 agudizada por el Covid-19, muchas empresas echaron mano de esos recursos para sobrevivir y salir adelante en una coyuntura tan compleja.
Situación que de ninguna manera afecta o limita el derecho de los trabajadores a recibir su pago, pero claramente encuentra a la empresa en una situación compleja de liquidez que probablemente no le permita enfrentar, de manera plena y completa, esta obligación.
De ahí que, para Rafael Avante, seguramente las empresas enfrentarán un escenario en donde tendrán que pactar con los trabajadores para ir cumpliendo y honrando el pago de PTU en razón de la capacidad financiera de cada una de las empresas.
Aunque, en un escenario concursal incluso ya de quiebra, por supuesto que se tiene que entrar en un proceso en donde la empresa tendrá que modificar algunas condiciones y obligaciones respecto de sus acreedores para intentar sobrevivir.
De lo contrario y bajo las leyes actuales, los derechos de los trabajadores tienen prioridad.
En fin, la realidad es que la PTU es un derecho que todos tienen, y está reconocido por la ley.
Es un ejercicio anual por parte de la Secretaría del Trabajo, Secretaría de Hacienda y el SAT, cuyas instancias cruzan información para identificar qué empresas manifestaron en sus declaraciones patrimoniales que tenían utilidades, de ahí se hace valer este derecho.
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