Los vientos de la austeridad pro gramada para el naciente 2023 arrastran en su esencia republicana tolvaneras que intoxican la estabilidad económica que, por cierto, no termina de llegar después del periodo de pandemia que impactó en forma severa la planta productiva de México y que se expresó particularmente en la pérdida de fuentes de trabajo, sector éste que sufrió desequilibrios de los que aún no puede recuperarse: más desempleo y más empleo informal que formal
Cada año, se estima que se incorporan al mercado laboral, en México, dos millones de jóvenes en edad de trabajar, lo que representa el requerimiento mínimo de generación de puestos de trabajo para darle cierta estabilidad a la economía, cuando menos en la planta productiva, y con ello fortalecer las expectativas de crecimiento del país. Pero eso, crear tantas plazas de empleo formal, no se cumple.
En la circunstancia nacional, para explicar esta situación, los diferentes sectores sociales y de la producción exponen sus datos, y los otros datos, de acuerdo con la perspectiva desde la que ven y analizan la realidad coyuntural y la de corto plazo.
Así, en el caso de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) se estima que se necesitan “crear al menos 100 mil empleos nuevos mensuales para incorporar a los jóvenes que ingresan a la Población Económicamente Activa (PEA) y para reducir la informalidad y el desempleo”. Es decir, generar 1.2 millones de plazas al año.
En el reporte de octubre de 2022, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que de enero a octubre se registraron 997 mil 178 nuevos puestos de trabajo, de los cuales 73% corresponde a empleos permanentes. Y en cifras acumuladas, en los últimos doce meses (oct-2021/oct-2022) la creación de empleo fue de 849 mil 739 plazas. Al cierre de 2022 la cifra llegó a 1.1 millones de registros.
Hasta aquí, las cifras no alcanzan para cubrir los requerimientos de generación de empleo señalados por la STPS, de al menos un millón 200 mil nuevos puestos de trabajo, y menos los dos millones antes mencionados, sin contar el rezago histórico en este sector y que bien se puede explicar con el volumen que ocupan el empleo informal y el desempleo, que en el informe de octubre 2022 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) sumaron 34.4 millones de personas en esa condición, contra 26.1 millones de las que tienen un empleo formal, categoría que otorga a los individuos mayor certeza sobre su situación laboral al contar con seguridad social y prestaciones de ley, y está correlacionado con niveles más altos de productividad
Para el despacho Impuestum Contadores (16-12-2022) la fortaleza del mercado laboral se verá afectada por la desaceleración de la economía prevista para 2023 y un repunte para 2024, por lo que se prevé que el empleo formal tenga un crecimiento interanual de fin de periodo de 2.5% y 3.2%, lo que implica una creación de 520 mil y 700 mil nuevos puestos de trabajo, respectivamente, apunta.
El Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) estima que en los próximos tres años (2023-2025) se sumarán más de seis millones de personas a la población juvenil en edad de trabajar, es decir, dos millones de personas por año que ingresarán al mercado de trabajo, y que se agregarán a los 21.9 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, que representan el 17% de la población total en la actualidad.
En este contexto, al 31 de octubre de 2022 en el IMSS se registraron 21 millones 617 mil 326 puestos de trabajo; de los cuales 86.4% fueron permanentes y 13.6% eventuales. Eso marcó un aumento mensual, para ese mes, de 207 mil 968 puestos de trabajo, cifra que representó, afirma el IMSS, el incremento mensual más elevado en toda la historia del Instituto.
Sin embargo, las cifras récord se ven opacadas con la dinámica cotidiana en el mercado laboral. En una nota periodística, bajo la firma de Luz Elena Marcos Méndez, en la revista EXPANSIÓN (25-04-2022) se explica que cada año egresan de las universidades del país 2.5 millones de jóvenes, y salen en busca de empleo formal, que no encuentran, porque no hay ese número de plazas disponibles. “El empleo nacional debería registrar ese crecimiento, pero la realidad es muy distinta: el año pasado se dieron de alta 846 mil 416 puestos de trabajo ante el Seguro Social; sin embargo, esta cifra y la de periodos anteriores no son representativas porque no necesariamente implican la creación de nuevas plazas.
“El seguro social es una variable totalmente diferente al empleo, porque estas cifras son de afiliación. Es como la membresía de un club en la que nos dicen cuántos miembros nuevos hay, pero no es empleo porque muchos de los nuevos empleados están en la informalidad y muchos de los nuevos afiliados al Seguro Social tampoco son nuevos empleos”; la información se desprende de la entrevista de la periodista con el economista en jefe de American Chamber of Commerce de México (AmCham).
Es claro que el empleo formal constituye la columna vertebral de los procesos productivos y del crecimiento económico, de ahí la importancia de generarlo y evitar su informalidad. Sobre esto los investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California, Rogelio Varela-Llamas, Ramón A. Castillo-Ponce y Juan Manuel Ocegueda-Hernández publicaron un artículo en abril de 2012 en el que explican que “desde una perspectiva macroeconómica se considera que la tasa de crecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB) de la economía mexicana mantiene una estrecha relación con la dinámica del empleo en el sector formal. Sin embargo, se constata que en periodos de recesión y crisis económica se manifiestan incrementos en la tasa de ocupación en el sector informal, como expresión de desequilibrio del mercado de trabajo y de debilitamiento de la estructura productiva”.
En la tesis de los investigadores queda en claro que el sector moderno, al no generar los suficientes empleos debido a la rigidez en el mercado, propicia que haya un exceso de fuerza de trabajo que termina incrementando la tasa de desempleo y propiciando que los trabajadores incursionen en el sector informal de la economía, con bajos salarios y bajos niveles de productividad.
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