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Outsourcing no es lo que parece

Todo es perfectible, claro que sí, es cierto que se debe regular el outsourcing o tercerización, como cualquier otra ley o reglamento, pero de eliminarse traería más afectaciones que beneficios, México se cerraría a las fronteras y con ello habría un gran retroceso.

En esta edición nos dimos a la tarea de hablar con varios especialistas del sector laboral, abogados e incluso con especialistas internacionales como es Gricha Raether, vocero del Partido Demócrata en México, aunque asegura que EU bajo la presidencia de Joe Biden será respetuoso con la autonomía mexicana, también es una realidad que actuarán en caso de que las empresas de origen norteamericano se enfrentaran a una afectación a las inversiones que ya tenían comprometidas.

Situación que no está por demás recalcar, considerando que en el TMEC la cláusula laboral es por demás importante, donde si bien es cierto la demarcación de las autoridades norteamericanas reconoce que hay muchas irregularidades en México, ven el outsourcing como una práctica que llegó para quedarse a escala internacional.

Así que hablar de outsourcing es hablar de mucho más que de una práctica de la cual se han aprovechado algunas empresas para evadir servicios o impuestos. Es referirse a un gremio formal que permite generar mayor competitividad y ahorro económico para el sector empresarial y por ende para el desarrollo de un país.

Prueba de la eficiencia, productividad y ahorro de costos, es un call center, el cual, al tercerizarlo, es mucho más efectivo y trae consigo para muchas empresas, una inversión menor o nula para hacer su trabajo, en territorio nacional o traspasando fronteras.

Aunado a ello, la tercerización o outsourcing permite que las empresas tengan más espacio para dedicarse a las tareas clave, por lo que la rentabilidad es mayor y los productos o servicios que se generan son mejores. Los costos por reclutamiento, selección y capacitación disminuyen porque corren por cuenta de la empresa contratada.

Pero el beneficio no sólo se queda en el empresario, también se ven favorecidos los trabajadores. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (Amech), los principales beneficiados son los jóvenes que inician su experiencia laboral.

El empleo por tercerización favorece al sector joven en la adquisición de conocimientos y experiencia en el ámbito laboral, pues el empleado tiene la posibilidad de moverse en distintos proyectos y desarrollar sus habilidades, al no ser una carga fiscal para las empresas, en su proceso de aprendizaje. Se calcula que un 10% de los jóvenes que están en este proceso son contratados en una empresa.

Uno de los grandes mitos es pensar que las empresas de empleo por tercerización no toman en cuenta el futuro y derechos de sus empleados.

Cabe aclarar que el trabajador que desempeñe labores en una empresa que es administrada por una outsourcing, por ley tiene derecho a las prestaciones básicas correspondientes. Sólo que las empresas que se dedican a esta práctica son las que se encargan del empleado, de que desempeñe bien su trabajo, de capacitarlo, pagar su nómina, así como de seleccionar que su capacidad corresponda para el trabajo que desempeñará.

 

Regular, no eliminar, para preservar el empleo

Hasta el último día de febrero no se tenía una resolución respecto al futuro del outsourcing, continúan las mesas de trabajo en el Congreso. Hay que recordar que se pospuso la aprobación de la iniciativa sobre este esquema enviada el año pasado por el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados.

Y se pospuso, ya que las partes involucradas no llegaron a acuerdos que permitieran transitar hacia una regulación y no prohibición del outsourcing.

En febrero de 2020 se realizó un parlamento abierto en el Senado de la República en donde todos los actores (legisladores, autoridades federales -STPS, IMSS, Infonavit-, grupos de trabajadores y sindicalistas, empresarios, asociaciones, abogados especializados en materia laboral y destacados académicos), llegaron al consenso de regular y no prohibir el esquema, así como la creación de un Registro Nacional de Empresas de Subcontratación.
A decir de Lorenzo Roel, presidente de la Comisión Laboral del Consejo Coordinador Empresarial, uno de los acuerdos que se lograron entonces fue normar sin castigar a quien lo hace cumpliendo con todos los requisitos legales, aunque sí sancionando a quienes utilizan la subcontratación para defraudar al erario y evaden las obligaciones patronales.

También se propuso no modificar la Ley Federal del Trabajo para regular la subcontratación, ya que cuando se apega a la ley, el outsourcing garantiza todos los derechos laborales y de seguridad social de los trabajadores, así como el cumplimiento de las obligaciones fiscales.

El sector empresarial señaló que podrían incluirse algunas modificaciones que permitieran brindar una mejor protección a los trabajadores y dar seguridad a quienes subcontraten servicios. Primero, establecer un registro de empresas de subcontratación, y segundo, especificar la responsabilidad subsidiaria.

Los nuevos acuerdos a que se llegó entonces establecían también, y con toda claridad, los alcances y los límites de la subcontratación y además contemplaban la instrumentación del padrón de empresas de subcontratación, con lo cual se tiende el camino para el cumplimiento de la ley.
Para alcanzar este consenso, dice el titular de la Comisión Laboral del CCE, se llevaron a cabo innovadores y amplios ejercicios legislativos como parlamentos abiertos y mesas de alto nivel.

Incluso, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, dijo entonces que en materia de regulación de la subcontratación o outsourcing se respetarán los acuerdos alcanzados con los empresarios. “No vamos a ceder a cambiar o modificar, o que piensen los empresarios o los funcionarios del gobierno que se incumplió con el acuerdo que se llevó a cabo”.

La pregunta es si se respetarán esos acuerdos o habrá nuevos lineamientos en los próximos días.

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