Las expectativas para el sistema de pensiones durante 2023 son poco alentadoras. Si bien se espera que las minusvalías que se registran en las cuentas de los trabajadores se reviertan, es una realidad que México está lejos de resolver el grave problema estructural de las pensiones. Las cifras hablan por sí solas: sólo 4 de cada 10 trabajadores cotizan de manera regular en su Afore, el resto no podrá tener un retiro digno.
Carlos Ramírez, ex presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) y actual socio de Integralia, anticipó que los esquemas de retiro que subsisten en el país y que operan bajo las reglas de los viejos sistemas “están quebrados”, y el gobierno no cuenta con los suficientes recursos para fondear las pensiones.
Para hacer frente a estos compromisos, alertó, se toma dinero del gasto público para pagar unas jubilaciones altamente subsidiadas…pero al final no se hace nada para resolver el problema de fondo y el actual gobierno heredará una bomba de tiempo a la próxima administración.
Hace unos días la calificadora Moody´s dio a conocer que 12 de 16 estados que evalúa enfrentan una falta de recursos para cubrir sus gastos en pensiones, carecen de un sistema para el pago de las mismas o no cuentan con un estudio para determinar la magnitud financiera que éstas representan.
La firma estadounidense advirtió que estas entidades enfrentan tres retos: déficits actuariales, aportaciones extraordinarias y periodos de suficiencia rebasados.
Para Carlos Ramírez otro tema relevante durante 2023 será el desempeño financiero de las Afores, 2022 fue un periodo de nulos rendimientos y con alta volatilidad en los mercados financieros. “Las Afores registrarán este 2022 como un año perdido”.
Sin embargo, se prevé que en los próximos meses se recupere la rentabilidad. Por lo general, cuando los mercados enfrentan un año malo y de pérdidas, el siguiente suele ser mucho mejor.
De acuerdo con datos de la Consar, las minusvalías que registró el SAR ascendieron a 422 mil 268 millones de pesos entre enero y octubre del 2022.
En lo que va del año, los rendimientos negativos se registraron en seis meses: enero, febrero, abril, junio, agosto y septiembre. En octubre se observó una plusvalía por 83 mil millones de pesos que no compensan el mal desempeño de los periodos previos. Incluso, la dependencia reconoció que, ante el escenario de volatilidad, los recursos del SAR cerrarán el año con rendimientos negativos.
Iván Pliego, presidente de la Consar, mencionó que las minusvalías se explican por varios factores: el contexto económico post pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania y sus implicaciones a nivel global, así como indicadores económicos globales que no logran ceder, tal es el caso de la inflación.
Las minusvalías son una reducción en el valor del portafolio de inversión. No son una pérdida en sí, porque ésta se materializa cuando el trabajador se cambia de Afore o se retiran recursos de la cuenta en periodos de volatilidad; en estos casos su pensión puede disminuir hasta 32%.
Recordó que la reforma que se aprobó en 2019 establece una reducción de las semanas de cotización que se acompañó de un aumento en la pensión mínima garantizada, “pero es importante no perder de vista lo que ocurrirá con el resto de los sistemas que operan en el país y la presión que ejercen sobre el erario”.
En el 2023, dijo, hay diversos factores de incertidumbre como la amenaza de recesión en Estados Unidos, la tensión por la guerra Rusia Ucrania y la inflación, cuya expectativa es que logre moderarse hacia la segunda mitad del año.
Carlos Ramírez mencionó que habrá fuertes nubarrones en el 2023, pero serán menores a los de este año en el que se registraron shocks inesperados que detonaron la volatilidad en los mercados.
El ex presidente de la Consar afirmó que si bien el sistema de cuentas individuales cumple 25 años, la mala noticia es que la gente ahorró muy poco y recibirá una pensión que no le alcanzará para una vida digna. “Me parece que es una generación de transición perdida porque no ha resuelto el problema de su vejez”.
Aseguró que el tema que más preocupa es el de la pensión para los adultos mayores. El gobierno federal decidió elevar los montos, que si bien son necesarios para las personas de la tercera edad, se alcanzó un nivel tal que pone en riesgo a las finanzas públicas “y lo alarmante es que no se contará con los recursos suficientes para hacer frente a esos compromisos”.
Respecto a la reforma al sistema de pensiones que se aprobó en 2019, mencionó que ésta entrará en su fase más importante durante 2023. Entre los ajustes que se aprobaron se incluye un aumento en las aportaciones patronales, una reducción en las semanas de cotización, un incremento en la pensión mínima garantizada y un tope a las comisiones que cobran las Afores.
No obstante, poner límites a los cobros de las Afores fue una medida abrupta, repentina e inesperada, “y a la fecha las Administradoras de Fondos no logran recuperarse”.
Anticipó que el 2023 será un reto para el sector “y seguramente muchas empezarán a tomar decisiones respecto a su permanencia o si resisten la reducción de sus ingresos vía las comisiones”.
Es cierto, agregó, las reformas a la Ley favorecen a los trabajadores, ya que sin aportar empezarán a recibir más recursos y a pagar menos comisiones, pero es un ajuste incompleto que no resuelve el problema de fondo.
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