Recuerdo que antes de que llegara Vicente Fox a la Presidencia se contrató a Hernando de Soto, ex integrante del GATT, ex asesor de Alberto Fujimori y un gran analista en materia de economías emergentes, en pro de evaluar la economía informal y, sobre todo, establecer estrategias y reformas que permitieran incluir la informalidad a la formalidad, en ese momento valuada en siete veces el valor de Pemex y 13 veces el valor de la exportación.
Y de acuerdo con los datos más recientes que hay, sobre la economía subterránea, la realidad es que las cifras no han variado mucho.
El mal no es actual, pero nunca se ha tratado con seriedad, ni ha contado con estrategias firmes. Se han hecho intentos, como es el caso de la fiscalización voluntaria, hasta incentivos para entrar a la formalidad, sin llegar a nada en concreto.
Dado que la burocracia en temas como la formalización de empresas, el costo de emplear, los impuestos, la falta de oportunidades de crédito o de inversión son parte del problema, el tiempo y los costos pueden poner en jaque a cualquier negocio.
Así que la posibilidad de incorporar la economía informal a la formalidad es un tema que se ha quedado en el tintero; por el contrario, la situación económica, la pandemia y la falta de apoyos al empresariado han agudizado el nivel de la informalidad, equivalente a 60%, claro está, con un país creciente.
La producción informal en México re-presenta 30% del PIB total, y los trabajadores informales constituyen cerca de 60% de la fuerza de trabajo, de acuerdo con los últimos estudios realizados por Hernando de Soto.
México es uno de los países con economías informales más altas, sobre todo de frente a Estados Unidos, su socio comercial más importante.
Para hacer una radiografía al respecto se consultaron análisis de Hernando de Soto, datos de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU), y economistas.
Bajo estos análisis y estudios podemos considerar que las diferencias salariales son mayores para trabajadores con más escolaridad y se reducen entre quienes tienen menos estudios, lo que sugiere que los mercados laborales informales en México funcionan como un “último recurso” para los trabajadores de mayor grado escolar.
De acuerdo con Calderón-Madrid los mercados laborales formales e informales de las áreas urbanas de México en la década de los 90 se definen en siete situaciones laborales: formal asalariado, informal asalariado, desempleado, inactivo, autoempleo, comisionista y trabajo no remunerado, y argumenta que existía una tendencia estableen cada status laboral, a pesar de los movimientos drásticos de personas entre las diferentes categorías.
La escolaridad y el género, la edad y la experiencia también parecen ser factores importantes en cuanto a la posibilidad y el atractivo del empleo formal e informal. De ahí que el nivel bajo de escolaridad en México es foco central para que la economía informal siga latente.
La bibliografía que se enfoca en las em-presas informales (y no en el empleo informal) sigue una tradición distinta. Subraya cuestiones relacionadas con la regulación y los servicios proporcionados por el Estado, así como sus dificultades relacionadas. Se detalla que las restricciones a la liquidez entorpecen la creación y el desarrollo de microempresas, y que sólo unas cuantas microempresas pueden tener acceso al crédito que ofrecen los bancos y las cooperativas de crédito son foco central para hacer de la informalidad un atractivo más para el gremio empresarial.
—¿Por qué deberíamos preocuparnos por la informalidad?
—La informalidad es la respuesta deformada de una economía sobrerregulada ante los choques a los que se enfrenta, y el potencial de crecimiento que posee. Implica una distribución inadecuada de los recursos y trae consigo, al menos parcialmente, la pérdida de las ventajas de la legalidad, como son la protección policiaca y judicial, el acceso a las instituciones crediticias formales y la participación en los mercados internacionales.
Las caras de la informalidad
En México, poco más de la mitad de los trabajadores se emplean en alguna modalidad del sector informal. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, al corte de octubre se registraron 32.4 millones de mexicanos trabajando en estas condiciones, mientras que el empleo formal alcanza 26.1millones de plazas activas.
La economía informal tiene diferentes modalidades, en el mercado laboral existen cuatro grandes tipos de trabajo informal:
- Los trabajadores informales que se emplean en una empresa formal.
- Los trabajadores que se auto emplean de manera informal.
- Los trabajadores informales del sector agro.
- Otros tipos de trabajadores informales.
En la mayoría de los casos, los trabaja-dores del sector informal tienen derechos laborales limitados, como el acceso a seguridad social, contratos, instituciones de saludo créditos para la vivienda.
En México, el trabajo informal en todas sus modalidades representa 55.4% del total de los empleos, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del INEGI.
En términos absolutos son 32.4 millones de mexicanos los que trabajan en estas condiciones, mientras que los empleos formales ascienden a 26.1 millones.
En el tercer trimestre de 2022 el porcentaje de población mexicana de 15 añoso más contaba con empleos de carácter in-formal, ascendía al 55.6%. Este indicador permite conocer el porcentaje de ocupados que carecen de la protección de la seguridad social básica gracias a su trabajo, lo que los coloca en una situación de vulnerabilidad ala hora de hacer valer las garantías laborales elementales.
Un problema enraizado
La informalidad se ha convertido en un problema estructural no sólo en México, donde representa cerca del 20% del PIB nacional(4.18 billones de pesos mexicanos), sino en la gran mayoría de América Latina, especialmente en países como Guatemala o Ecuador, donde más del 75% de la población ocupada se encuentra en esta situación.
Principales desventajas
Desde la perspectiva del Gobierno mexica-no, la informalidad impacta negativamente en el crecimiento y el bienestar social. Por su parte, desde la del empleado es sinónimo de gran inestabilidad y desprotección laboral, desde las inexistentes vacaciones garantizadas hasta la falta de acceso a servicios médicos, pasando por un sueldo general-mente por debajo de lo legalmente establecido o incluso sin remuneración.
Durante el cuarto trimestre de 2021 el número de personas no económicamente activas en México alcanzó los 39.7 millones, lo que representó un decremento de alrededor de 1.6 millones de personas en comparación con lo reportado en el cuarto trimestre de 2020.
La tasa de desocupación en México alcanzó 3.1% de la población económicamente activa en abril de 2022. El número de personas desocupadas en México registró un aumento importante en la segunda mitad de2020, después del brote de Covid-1.
Se castiga la formalidad
Mientras un asalariado que gane en pro-medio 15 mil pesos mensuales paga por concepto de ISR 21 mil 154 pesos anua-les, los trabajadores apegados al Régimen de Confianza pagarán al año, por el mismo concepto de impuesto, mil 800 pesos.
Es decir, se premiará la informalidad y se castiga a los asalariados. Hay 3.9 millones más pobres de acuerdo con el Coneval, y en esa misma proporción el desempleo y la informalidad se han incrementado.
De acuerdo con el Informe de Finanzas y Deuda Pública durante el año 2020los asalariados o las retenciones por salario fueron de 829 mil 291 millones de pesos, que representaron 47% de la recaudación total de ISR, mientras que las personas físicas contribuyeron con 43 mil 306 millones de pesos, lo que representó sólo 2.4%. Para el primer semestre de 2021 esta relación se mantuvo prácticamente igual.
En el nuevo régimen de Confianza, a una persona que recibe un sueldo de 15 mil pesos mensuales (180 mil anuales) le retendrán 21mil 154 pesos anuales por concepto de ISR.
En 2022 una persona física con actividades empresariales que tenga el mismo nivel de ingreso anual (180 mil pesos)pagó mil 800 anuales, lo que significa una diferencia de 19 mil 354.3 pesos, contra lo que le retienen a un asalariado.
Este diferencial se incrementa en la medida que aumentan los ingresos, tanto del asalariado como el de la persona física con actividades empresariales.
Este tipo de modificaciones, aunque pareciera que pueden ayudar a fomentarla formalidad, la realidad es que de frente a una inestabilidad económica, falta de certeza jurídica en México y reformas que no ayudan, las condiciones pueden agudizarse.
Cómo explicar que la reforma a la Sub-contratación dejó sin trabajo a unos 900mil mexicanos, mientras que otros miles se vieron obligados a firmar contratos a modo, que recortaron 10% su ingreso real, en el mejor de los casos.
A decir de los números analizados por el Centro de Estudios para el Empleo Formal, que preside Armando Leñero, hubo cero aumento o mejora en los sala-rios pagados, que mantienen incrementos mensuales de hasta 6%, que son cancela-dos por la tasa de inflación y que no ofrece beneficios sociales.
Y como si fuera poco, se generó un mercado paralelo de subcontratación ilegal, al que migraron muchos y des-afortunadamente los huecos legales y no tan legales siguen latentes, en va-rias dependencias y sectores, como el turístico.
¿Qué es la Informalidad?
De acuerdo con Hernando de Soto, premio Nobel de Economía, la informalidad es el conjunto de empresas, trabajadores y actividades que operan fuera delos marcos legales y regulatorios. Conlleva a la evasión de la carga impositiva y regulatoria, pero, a la vez, a no gozar plenamente de la protección y los servicios que la ley y el Estado pueden proporcionar. La informalidad es una característica fundamental del subdesarrollo y se entiende mejor como un fenómeno complejo y multifacético.
La informalidad es no sólo un reflejodel subdesarrollo, sino que podría también ser la fuente de un mayor atraso eco-nómico.
Incluir la Informalidad a la Formalidad
Incluir a los contribuyentes que viven en la economía informal a la formalidad será una tarea ardua que llevará años, donde el Gobierno Federal deberá demostrar que es un buen administrador de los recursos ,y que éstos son utilizados para el beneficiode los ciudadanos, así lo aseguran fiscalistas, económicos y especialistas en materia laboral.
“Al mexicano no le gusta pagar impuestos porque se siente decepcionado de la mala calidad de los servicios, decepcionado de que no cuenta con un trabajo, y esta percepción no ha cambiado con el paso de los años.
“Sobre todo por el desconocimiento de los beneficiosa los que se haría acreedor de ser un contribuyente en la formalidad, como es el caso de los préstamos bancarios, o posibilidades de acceder a esquemas de pensiones”.
Al final del día quienes viven en la economía subterránea pagan cuotas de super-vivencia, pero sin beneficios de largo plazo, siendo la única ventana de aceptación al pago de impuestos en los sectores donde se vive un retorno rápido y palpable.
Aunque no somos de los países que pagan más impuestos, no se ven resultados. Hay que decir que nuestro esquema fiscales semejante a muchos países, “tenemos el caso de España, donde una persona física puede incluso pagar por ISR hasta 54% de sus ingresos, o en Estados Unidos el 34%,mientras que en México es del 35%. Donde variamos es en la aplicación del gravamen, porque nuestra economía no es igual”.
Y si bien es cierto, esto no quiere decir que todavía tenemos margen para subir las tasas, dadas las condiciones económicas, porque el alza de gravámenes disminuye el consumo, el detonante industrial y por ende la generación de empleos.
Aunque la opción sigue siendo sumar economía informal a la formalidad, la realidad es que ello debería venir apegado con un esquema de reforma a instituciones gubernamentales, estatales y locales, con el fin de que se tenga la capacidad de hacer frente a los compromisos que se vayan sumando.
Por ejemplo, de sumarse de un día para otro a toda la economía informal a la formalidad el sistema de salud pública no ten-dría capacidad para atender las necesidades ,pese a las aportaciones.
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