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¿Hacia dónde va el Sistema de Ahorro para el Retiro?

Como es del conocimiento de todos, el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) en México enfrenta grandes retos y oportunidades para seguirse fortaleciendo y ser uno de los pilares más importantes en seguridad social para todos los mexicanos.

El principal reto es lograr que la inmensa mayoría de sus afiliados consigan una pensión.

Para 2022, año en el que los primeros trabajadores de esta generación Afore empezarán a jubilarse, menos del 5% obtendrá una pensión. Recordemos que uno de los requisitos para pensionarse además de haber empezado a cotizar después del 1 de julio de 1997 y haber cumplido al menos 60 años de edad, es tener mil 250 semanas cotizadas (alrededor de 24 años). De lo contrario, se entrega una negativa de pensión en donde retiras tu dinero ahorrado en tu Administradora de Fondos para el Retiro y te vas sin la meta principal, que es alcanzar la pensión.

Las intermitencias entre la economía formal e informal de la mayoría de los trabajadores mexicanos, hacen que estas mil 250 semanas cotizadas siga siendo el reto principal en materia de inclusión.

Otro importante pilar es el de la aportación mandataria y la tasa de reemplazo. En México, el SAR cotiza a todos aquellos que pertenecen a la economía formal con una tasa del 6.5%, en un esquema tripartita en el que el empleador aporta el 5.150%, el trabajador lo hace con el 1.125% y el gobierno con el 0.225%. Esta tasa de aportación no es suficiente, pues proyecta una tasa de reemplazo (equivalente a la pensión con la que se va el trabajador) del 30% de su último salario. En promedio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, de la cual México forma parte, tiene tasas de aportación mandatarias de alrededor del 15%, lo que genera una tasa de reemplazo superior al 70% del último salario del trabajador

Otro importante pilar es el de la aportación mandataria y la tasa de reemplazo. En México, el SAR cotiza a todos aquellos que pertenecen a la economía formal con una tasa del 6.5%, en un esquema tripartita en el que el empleador aporta el 5.150%, el trabajador lo hace con el 1.125% y el gobierno con el 0.225%. Esta tasa de aportación no es suficiente, pues proyecta una tasa de reemplazo (equivalente a la pensión con la que se va el trabajador) del 30% de su último salario. En promedio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, de la cual México forma parte, tiene tasas de aportación mandatarias de alrededor del 15%, lo que genera una tasa de reemplazo superior al 70% del último salario del trabajador

Debemos estar muy conscientes de la importancia del ahorro, de la necesidad y conveniencia de planificar en el tiempo y de desarrollar los hábitos que permitan lograrlo. Es absolutamente indispensable hacer de esto una prioridad en el presente para que el día de mañana podamos contar con una pensión digna y suficiente

Y como cuarto y no menos importante reto, está el seguir abriendo el régimen de inversión para que así las Afore puedan tener sus portafolios cada vez más diversificados e inmersos en proyectos con retornos de largo plazo. Esto no sólo ayudará a brindarle al trabajador un mayor retorno por sus recursos invertidos que se verá reflejado en un mayor ahorro y posteriormente en una mayor pensión, sino que además generará proyectos de una envergadura tal que permitirán el desarrollo y progreso en México. Proyectos en materia de infraestructura, vivienda, energía sustentable, transporte, entre otros.

Las Afore son un detonador para el desarrollo del capital emprendedor en México y un socio ideal que complementa el capital extranjero.

Recordemos también que las Afore son el mayor inversionista institucional del país con 4 billones de pesos en activos totales, lo que equivale a alrededor de 195 mil millones de dólares y el 16% del producto interno bruto de nuestro país. Estos proyectos son el principal motor y semillero para que el día de mañana México aspire a ser un país desarrollado.

Como podemos ver, los retos son enormes y la responsabilidad es de todos. Tanto de los empresarios como de los trabajadores y el gobierno. Hay que participar de manera conjunta y buscando cada vez alcanzar mejores acuerdos entre estas tres partes, es como debemos enfrentar estos retos que puedan, en primer lugar, con el trabajador y su tasa de reemplazo, incrementarla a la brevedad, y en segundo, con el desarrollo del país a través de las inversiones y los proyectos, con el compromiso de seguir desarrollando y adaptando las mejores prácticas globales que nos guíen a que México avance y camine hacia un mayor progreso y bienestar.

Por Alejandro Dryjanski*

 

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