Por Armando Leñero*
El empleo formal es la estrategia adecuada para combatir la pobreza y la pobreza extrema en México, ya que no sólo se asegura un ingreso mayor a las familias, sino que también se combaten las carencias sociales, como el acceso a la salud, a la seguridad social, a la vivienda y a la educación. Es por esto que resulta de suma importancia entender cómo ha evolucionado su crecimiento y analizar las políticas públicas para detonar su aumento máximo, en estos tiempos que se ha sufrido la más grave pérdida de empleos.
En el sexenio de Vicente Fox, caracterizado por su poco impulso al empleo formal, apenas se crearon 1 millón 256 mil 821 empleos, lo que representa un crecimiento de 9.7% en el sexenio y un alza promedio de 1.6% al año.
En el de Felipe Calderón subió la creación de empleo formal a 2 millones 313 mil 619, equivalente a un aumento sexenal del 16.5% y un crecimiento promedio mensual de 2.76 por ciento.
Mientras que en el gobierno de Enrique Peña Nieto, y en buena medida a causa de la Reforma Laboral de 2012, el incremento del empleo fue de un total de 4 millones 162 mil 990 nuevos empleos formales, registrando así un alza sexenal del 25.5%, y promedio mensual de 4.2 por ciento.
Antes de iniciar el actual gobierno, las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador se centraban en un crecimiento sexenal del empleo formal de 8 millones 400 mil nuevos empleos formales, es decir, un aumento del 41.0%, 6.8% arriba cada mes.
Sexenio de políticas desarticuladas
En 2019, sin una política pública estratégicamente planeada, se registraron apenas 342 mil 77 nuevas plazas, lo que representa un crecimiento anual de 1.75%, totalmente insuficiente para combatir la pobreza laboral.
Ya en 2020, con todo el conocimiento que se tenía de la pandemia que se avecinaba, el gobierno no realizó cambios en su política laboral y dejó que las cosas siguieran su rumbo. Eso ocasionó la pérdida en cinco meses de 1 millón 117 mil 584 puestos de trabajo.
Muchas voces nacionales e internacionales se pronunciaron con novedosas propuestas para evitar la caída del empleo, pero lamentablemente fueron ignoradas.
Durante los meses de agosto a noviembre, hubo una recontratación de 555 mil 660 puestos, esto debido a que se había vuelto parcialmente a la movilidad y a que se avecinaba la temporada navideña, en la que se demandan más bienes, productos y servicios, por lo que crecen los puestos de trabajo. Sin embargo, en diciembre volvió a caer, como todos los años, al final de esta temporada.
La apuesta del presente gobierno para combatir la pobreza ha sido y será a través de apoyos directos a programas altamente electorales o poco productivos. El resultado de este actuar es que en los 26 meses de administración tenemos un -3.9% en generación de puestos formales.
De no variar la política laboral e insistir en modificaciones a las leyes laborales, al terminar el sexenio difícilmente llegaremos a 21 millones 600 mil empleos registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que representaría un crecimiento sexenal de 5.6% y un promedio anual de 0.93 por ciento.
Sin duda, nos encontramos ante la más fuerte crisis laboral.
*Presidente del Centro de Estudios del Empleo Formal
[pdf id=2065]