Entre las fortunas que en menos de un año crecieron 40%, están las de: Jeff Bezos, dueño de Amazon, que acumuló 204,600 millones de dólares; Bill Gates, fundador de Microsoft, con 114 mil mdd; Mark Zuckerberg, creador de Facebook, 95,500 mdd; Warren Buffet, fundador de Berkshire Hathaway, 80,000 mdd
Por Juan Danell Sánchez
La sociedad mundial transita hoy día lo que, desde la óptica del capital, se concibe como la Cuarta Revolución Industrial (4RI, por sus siglas convencionales coyunturalmente), y ésta viene a resolver, como las tres anteriores, la crisis de producción y cuota de plusvalía para los dueños de la riqueza global, que no de la economía en sí misma de los países, como se pregona.
La explicación a esto se puede sintetizar en lo que las propias estadísticas mundiales muestran: en plena emergencia sanitaria planetaria por la pandemia de Covid-19, las multinacionales dueñas de la tecnología digital e inteligencia artificial, que capitanean la 4RI, crecieron la acumulación de sus capitales en porcentajes superiores al aumento del desempleo y la pobreza extrema en el mismo lapso: la crisis económica no sólo prevalece, se agudizó.
En el momento más crítico de la pandemia, medios como Forbes y la agencia de noticias EFE dieron a conocer que 12 multinacionales de ese grupo del capital global aumentaron 40% sus fortunas en menos de un año.
Es decir, el periodo de enriquecimiento fue del inicio de la emergencia sanitaria al mes de agosto de 2020; en ese mismo espacio de tiempo, organizaciones como Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (mejor conocida como FAO) y el Banco Mundial, proyectaron que la pobreza mundial se incrementó en cien millones de personas, mismas que se sumaron a los 900 millones de pobres ya existentes, y el empleo informal se incrementó 70 por ciento.
Aquí la lista de las fortunas que crecieron 40%: Jeff Bezos, dueño de Amazon, a esas fechas acumuló 204,600 millones de dólares (mdd); Bill Gates, fundador de Microsoft, con 114,000 mdd; Mark Zuckerberg, creador de Facebook, 95,500 mdd; Warren Buffet, fundador de Berkshire Hathaway, 80,000 mdd; Elon Musk, dueño de Tesla y SpaceX, 73,000 mdd; Steve Ballmer, exdirector ejecutivo de Microsoft, 71,000 mdd; Larry Ellison, fundador de Oracle, 67,400 mdd; Larry Page, cofundador de Google, 67,400 mdd; Sergey Brin, cofundador de Google, 65,600 mdd; Alice Walton, Jim Walton y Rob Walton, accionistas de Walmart, 62,000 mdd cada uno.
De acuerdo con el Banco Mundial, los cien millones de personas que se sumaron a la pobreza extrema deberán sobrevivir con menos de tres dólares al día, y al igual que ellos los otros 900 millones que ya venían subsistiendo de esa forma
Mientras tanto, de acuerdo con las estadísticas del Banco Mundial (BM), los cien millones de personas que se sumaron a la pobreza extrema, deberán sobrevivir con menos de tres dólares al día, y al igual que ellos los otros 900 millones que ya venían subsistiendo de esa manera.
Y sí, con la pobreza el desempleo, en todas sus presentaciones, va de la mano. En el reporte “El futuro del empleo”, del Foro Económico Mundial (2018), se precisa (…) “en 2018 la relación entre el trabajo realizado por humanos y máquinas era de 71% y 29%, respectivamente. Para 2022 se espera que esta relación pase a un 58% de trabajo humano contra un 42% de trabajo automatizado. Se prevé que para 2025 esta relación se invierta y el trabajo humano sea sólo 48% y el automatizado represente 52%”.
Recientemente (junio 2021), Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advirtió en Ginebra que la crisis del mercado laboral creada por la pandemia está lejos de terminar y que la generación de puestos de trabajo no será suficiente para compensar las pérdidas. En las proyecciones de este organismo se estima que en el primer trimestre del presente año se perdió 4.8% de las horas de trabajo, lo que equivale a 140 millones de empleos de tiempo completo, lo que lleva a considerar que para 2022 la cifra mundial crecerá a 205 millones de desempleados.
Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, estima que el impacto mundial en el desempleo por la 4RI en los últimos cinco años es de 7 millones de empleos perdidos a raíz de que no encajan en la automatización de los procesos y la transformación digital de las empresas.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en coincidencia con la OIT, advierte: “existe una serie de fuerzas que están modificando radicalmente el mundo del trabajo, en especial el cambio tecnológico, el cambio climático y el demográfico”, y calculan que para 2030, acorde con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se deberán crear 344 millones de empleos. Meta difícil de lograr, dado que primero hay que resolver el desempleo mundial vigente, a lo que se suma que 36.1% de los trabajadores en el plano mundial trabajan más de 48 horas semanales, 300 millones de ellos viven en situación de pobreza extrema y 2 mil millones viven en la economía informal.
En el caso de México, señalan, el total de empleos en riesgo alto de verse afectados por la pandemia rebasa los 24 millones, lo que representa 44% del empleo total en el país. Y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de los 12 millones de puestos de trabajo perdidos al principio de la emergencia sanitaria por Covid-19, aún prevalecen 2.1 millones por recuperar, más el millón que en promedio se incorpora cada año al mercado laboral.
Y si bien es cierto que la tecnología y la conectividad digital permiten que algunas personas trabajen de manera remota y realicen reuniones virtuales, se puede impartir educación a distancia y el comercio electrónico en línea provoca que se mantenga activo el mercado de consumo en prácticamente todos sus ámbitos, y que esto prosperó de forma significativa con la pandemia, también hay que señalar que las empresas recortaron personal y redujeron los salarios en al menos 35% con la utilización de esas tecnologías digitales e inteligencia artificial que son el soporte de la 4RI.
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