En el año de 1967 con 23 años Juan comenzó a laborar para don José; 55 años después los hijos de su antiguo patrón, ahora a cargo del negocio, los hermanos Elías, Rafael y Salomón Mercado Bazbaz, dueños del grupo promotor Jomer y Plaza Galerías Pachuca, lo despidieron injustificadamente de su empleo sin indemnizarlo. Actualmente es un hombre de 78 años, que se encuentra desempleado y sin derecho a una pensión digna, los patrones tampoco pagaron aportaciones al IMSS.
Hace ya más de un año que fue despedido y de su juicio laboral, del cual conoce la Junta Especial número seis de la Federación de Conciliación y Arbitraje en la Ciudad de México, no sabe de avances, dice que el trámite es muy tardado.
Que cada que pregunta, lo citan para una nueva fecha, pero no resuelven nada, sus patrones argumentaron al contestar la demanda que no lo habían despedido y que se podía regresar a trabajar, pero luego lo volvieron a correr.
Esta práctica es muy común en los juicios laborales y es tolerada por las autoridades.
Cuando Juan pidió su liquidación le dijeron que en la Junta tienen influencia y que desde adentro les ayuda. Por lo que, de ellos, no verán un peso.
Igual que a Juan, despidieron injustificadamente a otros, que tuvieron que aceptar lo que los patrones les dieran, aunque fuera muy poco y éstos estuvieran empleados con muchos años de antigüedad, los que no accedieron y demandaron como Juan ahora lidian con la corruptela de las Juntas, porque sus procedimientos están plagados de irregularidades.
¿Tiene Juan alguna oportunidad de volver a emplearse formalmente? ¿Cuántos adultos mayores hay en la misma circunstancia de Juan? La opción por ahora es vivir de la caridad de su familia o con trabajos informales o mal remunerados, si es que alguien lo llegare a contratar. Los centros de trabajo prefieren empleados jóvenes que a los adultos mayores, quienes están estereotipados como menos capaces, analfabetos tecnológicos, enfermos, entre otras cosas.
Muchos patrones logran flaquear por años las inspecciones, verificaciones de la Secretaría del Trabajo, y así pueden evadir por mucho tiempo el pago de impuestos y aportaciones de seguridad social como el caso de Juan. La pregunta obligada es, ¿cómo consiguen hacerlo?
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