Actualidad laboral

IP y empleos vs gobierno federal y covid-19

El TMEC es un aliado, pero no se cuenta con todas las herramientas para aprovechar sus beneficios

Por Marielena Vega

No está preparado México. El gobierno federal y las empresas penden de un hilo en posibles acuerdos que amortigüen la caída de la economía y, con ello, un mayor desplome del trabajo.

El Consejo Coordinador Empresarial, que encabeza Carlos Salazar Lomelí, aún sigue distante del equipo o del propio presidente Andrés Manuel López Obrador. Y aunque es cierto que no se han roto las pláticas porque hay algunas cúpulas industriales que aún cuentan con el enlace, la realidad es que tampoco se visualiza una estrategia relevante.

Las negociaciones que encabezaba Carlos Salazar Lomelí con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ya sea de forma directa o vía Alfonso Romo, simplemente iban de una vertiente a otra, quedando el presidente del CCE con una muy mala experiencia, dado que el tiempo corría y no se alcanzaba nada que pudiera amortiguar la caída de los empresarios, las inversiones y el empleo. Pese a las promesas de que se buscaría apoyar a las pymes.

Créditos a la palabra de 25 mil pesos fueron las medidas ofrecidas por el gobierno federal, mismos que simplemente no alcanzaban ni para sueldos, de ahí que las negociaciones y análisis por parte de las cámaras empresariales no se hicieron esperar, en busca de esquemas que vayan desde la condonación de servicios como la luz, gas y renta.

Así como el aplazamiento del pago de impuestos a por lo menos un año. Esta medida se justificaba, dado que las pymes podrían tener recursos de frente a la compra y el pago a proveedores.

Es cierto que, vía la Asociación de Bancos de México, se otorgó amortización de créditos por un lapso de entre un mes y dos; no obstante, y aunque ayudó a los derechohabientes, hay que esperar al mes de agosto para saber de verdad la gravedad de ello, y si es que se llega a una cartera vencida compleja.

 

TMEC para México

El desempleo y el desplome de las empresas, en su mayoría pymes, es inminente y no ha concluido. Respecto a las denuncias laborales, parece que se quedarán en el tintero o en buenos acuerdos, dado que no habrá capacidad ni laboral ni en juzgados o empresarial para atender en tiempo o dinero lo que se avecina.

Además, faltan reglamentos y planteamientos para un buen funcionamiento de la Reforma Laboral existente y que le dará la bienvenida al TMEC este primero de julio o, en el mejor de los casos, el 1 de septiembre, aún están en vías de planeación.

Sectores como el automotor y temas laborales, no están listos para arrancar y podrían ser más que un dolor de cabeza.
Comenzando porque si el gobierno federal quisiera implementar algún sistema de ayuda a diversos sectores, se podría considerar como una práctica dumping y México sería multado.

Al puro estilo de cierre quien tenga que cerrar. Y falta definir muchas de las condiciones para que arranque en buenos términos el TMEC. No está listo el mecanismo de solución de controversias, algo así como el minitribunal para solucionar controversias entre los tres países: México, Estados Unidos y Canadá.

No se sabe quién lo encabezará, y a decir de internalistas de la talla de Cristina Rosas, se esperan muchas controversias de frente al alza de salarios que tendrán sectores como el automotor y la falta de elementos que tienen sectores al arranque del TMEC, de frente a una parálisis económica que apenas comenzó a reactivarse.

Me parece que sin duda tenemos que hacer un enorme esfuerzo en la parte relativa a la libertad y la democracia sindical, como una parte importante de la Reforma Laboral; la gran mayoría de los contratos colectivos de trabajo a estas alturas ya debieran estar en un proceso de ratificación a través del voto libre, secreto y directo por parte de los trabajadores. Y falta por hacer.

El sistema jurídico y legal no tendrá capacidad para atender las demandas y muchas se diluirán vía acuerdo

Urge detonar la economía

Una política industrial con inclusión social, es decir, que haya políticas públicas facilitadoras que promuevan la inversión, la confianza, aprovechar el lugar que tiene México en proveeduría, en exportación, somos la séptima potencia manufacturera del mundo, aprovechar la fuerza laboral competitiva que hace que los grandes inversionistas volteen a ver a México.

Pero México sí estaba creciendo, los estados del noroeste estaban creciendo por arriba del 2% y hasta el 4%, donde no, era la parte sur, sureste de México, pese a que son estados petroleros, hablando de 2019.

Más que nunca, y de frente a esta pandemia como país, dice Francisco Cervantes, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales, se debe potencializar y dar certeza jurídica para aprovechar los acuerdos comerciales, ubicación y todo lo que hoy representa México.

En esta nueva realidad de más de un millón de desempleo, se desarticularon las pymes, las grandes también están desarticuladas y hay más de 900 mil industrias que siguen en paro.

Sin acuerdo entre IP y gobierno federal, trabajadores y empresas se encuentran en disyuntiva, muchas dicen adiós

Hay diálogo constante con autoridades federales y gubernamentales para la reactivación de la economía y nuevos protocolos.

Pero es fundamental el apoyo económico para las pymes y permitir que se difieran los gastos para las grandes sin que esto se refleje en multas. De lo contrario, la caída es importante. Ya a inicios de 2020 la caída de los industriales era de 1.7%. “El impacto será similar a un batazo tremendo”.
Una de las fortalezas que tenemos todavía en México, es el potencializar la proveeduría, así como enfocarnos en caminar juntos, tanto iniciativa privada, gobierno federal y sociedad, para poder revertir la situación económica.

Pero las iniciativas públicas que se están metiendo en estos momentos perjudican seriamente al país, hablando de energía, maltrato al sector agroalimentario, porque ello afecta a las pymes, al consumidor, y ello deprime la reactivación de la economía.

“Vamos hacia una tormenta perfecta” y ni siquiera el TMEC podrá ser todo lo bueno que pudiera ser si se tienen empresas descapitalizadas.
Es una realidad que se requiere de un fideicomiso o estrategia, o como se le quiera llamar, que tenga un lineamiento de apoyo de corto, mediano y largo plazos, de lo contrario seguiremos viendo dinero caer al vacío.

México es un país donde un 95% de las empresas son pymes, pero los ingresos mayores de este país provienen de los grandes corporativos. El potencializar a las pymes depende, en muchos casos, de que les vaya bien a las grandes empresas.

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